lunes, 30 de noviembre de 2015

La Santa - Mado Martínez

Un colegio de señoritas en pleno centro de los Picos de Europa, donde se da una educación victoriana
de élite, que contrasta con los modales y saberes populares de la zona asturiana, es el marco donde se encierra “La Santa”. Una serie de desapariciones entre las alumnas comienza a levantar un extraño ambiente en el internado, donde la aparición de la nueva profesores, Esther, será el punto clave para empezar a descubrir quien es cada personaje dentro de los hechos que están ocurriendo.

“La Santa” es un relato que, ambientado en un remoto paraje de los Picos de Europa, te imbuye en las creencias de espíritus, historias populares y miedos de otras épocas, donde nada es lo que parece y la duda sobre el pasado de los personajes y  los misterios que encierran las leyendas te acompañan durante toda la lectura.

El ambiente frío, en el cruel y duro invierno de los pueblos más cerrados de montaña, donde el sol no aparece y el blanco de la nieve sirve para enterrar secretos, hace que la narración se haga viva y colabora para que ese “noseque” que no te crees pero que esté ahí se haga más presente mientras vas descubriendo si el argumento que tienes ante ti es realmente cosa de brujas o si es la necesidad de creer para ocultar la realidad de los actos humanos el porque de los sucesos.

Dentro de la categoría de terror psicológico pero con aire victoriano en un entorno popular español que personalmente me ha descuadrado (no acabo de ver que una buena integración de los tres elementos: terror psicológico, estilo inglés, escenario de pueblo asturiano profundo y cerrado), “La Santa” mueve al lector en las líneas generales del suspense, tensión y miedo y dejando leer entrelineas pero de una forma muy inteligente el sexo, amor y drama. Son estos últimos tres elementos los que me han parecido más llamativos, ya que , no siendo el argumento ni el tema de la historia, Mado Martínez, consigue con unas escenas impactantes, duras y realistas que quede en el poso de su lectura y en las decisiones que tomarán los protagonistas. (Un ejemplo es la brutal escena en la iglesia entre Isabel y el profesor).

La excelente ambientación creada por la blancura gris de la nieve en el exterior y el cálido frío aislado en el interior del colegio envuelve la trama apoyados por unos personajes dispares que nunca dejan entrever realmente lo que son. Se mantiene así el hilo de suspense, angustioso en muchos casos, de no saber que ni a quien se tiene delante.

Con una narrativa elegante y una trama que se mantiene sin dejar cabos sueltos “La Santa” consigue mantener la tensión durante sus capítulos, que al ser breves hacen que la lectura sea ágil y voraz completando así el ritmo frenético de la historia que parece acelerarse conforme se acerca el final.


Sin duda "La Santa" es un libro para empezar a leer sin pretensiones, en las tardes frías de invierno, y dejarse atrapar poco a poco, si lo que se quiere es una lectura fácil pero buena, entretenida y cargada de misterio.

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