lunes, 15 de abril de 2013

El fragmento del lunes


"—De tu abuela decían que era bruja.

No le respondí.

¿Tú también eres bruja?

Las brujas no existen dije mientras le miraba la nariz aguileña y los ojos verduzcos. Su diente de oro me guiñó el ojo. Pensé que, si las brujas existieran, se parecerían a ella. Pero no es cierto, porque si una mujer tuviera poderes lo primero que haría es convertirse a sí misma en la más hermosa.

Las brujas no existen. Fueron pobres mujeres alucinadas, torturadas, consumían setas para volar en sueños y a lo mejor se masturbaban con una escoba. Cometían pecados innombrables: ser demasiado pobres, demasiado feas, demasiado guapas. Todas las mujeres dicen alguna vez que son un poco brujas y todas las mujeres insultan alguna vez a otra llamándola bruja.

O sea que ser bruja es para las mujeres un deseo. Un orgullo secreto. Un insulto. Una calumnia.

Quizá por eso yo volví aquí, al pueblo de mi niñez, en busca de una bruja del pasado".
Aunque seamos malditas
Eugenia  Rico

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